Las H que no suenan, aunque resuenan
Por Mauricio Jaramillo Montoya
En toda organización hay cosas que se ven, organigramas, cargos, presupuestos, políticas. Pero hay otras que no se ven, que no se miden en métricas ni se pronuncian en reuniones. Son invisibles, y sin ellas nada funciona, como la confianza, la conexión, la motivación, la alegría de hacer juntos algo que importa.
Yo llamo a estas fuerzas invisibles las 5H: honestidad, humanidad, horizonte, humildad y humor. Son palabras que contienen aquello que mantiene a las organizaciones vivas. Lo curioso es que muchas veces todos las sentimos, pero nadie las nombra. Es en ese silencio donde se juega el éxito o el desgaste.
Las 5H que no se pronuncian, pero sostienen todo
Honestidad
No solo como transparencia formal, sino como claridad real. Saber qué se espera de cada rol, cómo se reconoce cada esfuerzo, cómo cada acción cuenta. La honestidad hace que la confianza crezca, y permite que cada persona sienta que su trabajo tiene sentido más allá de la responsabilidad puntual.
Humanidad
Las personas son el corazón de cualquier organización. Cada gesto de cuidado, cada escucha atenta, cada pequeño reconocimiento forma parte de lo invisible que sostiene todo. La humanidad nos recuerda que, detrás de cada curva de compensación o proceso, hay vidas, emociones y energía que hacen que la organización respire.
Horizonte
No basta con cumplir tareas; necesitamos ver hacia dónde vamos juntos. El horizonte conecta lo que cada persona hace con el propósito colectivo. Sin él, el esfuerzo puede sentirse vacío; con él, cada acción se vuelve significativa, cada logro se siente compartido.
Humildad
Reconocer que nadie tiene todas las respuestas, que cada uno aporta desde su experiencia y que aprender es un camino compartido. La humildad crea espacios donde las ideas fluyen, las preguntas se hacen y las soluciones emergen de la colaboración real.
Humor
La capacidad de encontrar ligereza incluso en lo complejo. El humor conecta, suaviza tensiones y mantiene la energía viva. Es un recordatorio invisible de que el trabajo puede ser serio y a la vez humano, alegre y creativo.
Lo invisible que todos sienten
Estas 5H existen en los gestos cotidianos. En cómo alguien agradece un esfuerzo, cómo se acompaña a un compañero en un reto, cómo se reconoce un error como oportunidad de aprendizaje. No siempre se pronuncian, pero su ausencia se nota de inmediato, con desconfianza, desmotivación y desconexión.
Cuando hacemos visibles estas dimensiones, no solo con palabras, sino con decisiones, acciones y espacios de convivencia, la organización deja de depender solo de reglas, organigramas o presupuestos. Empieza a sostenerse a sí misma, de manera más coherente, flexible y potente.
Lo invisible no es secundario. Es aquello que da vida a la estructura, sentido a la compensación y fuerza a la colaboración. Las 5H nos recuerdan que las organizaciones son más que procesos, son personas que sienten, que aprenden y que crean juntas. Y cuando se cuidan estas dimensiones, todo lo demás, resultados, productividad, compromiso, encuentra su equilibrio natural.
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